2 de diciembre de 2011

ARROZ A LA MEXICANA

Se me ha dicho

que debo versar

mi identidad

de la tierra negra,


esa que se retrata

en el mole oaxaqueño


y que al comerlo

nace un agave

en una de las costillas

de la República


y que al orinarlo

lo embotellan

para exportarlo a la China


y que maquillen su cobardía

en la venta

de armas

de la guerra srilankesa


y que la marea del Índico

traiga a los tamiles

a mi comedor


y bebamos la jamaica

con un arroz

a la mexicana.

Abril Albarrán

16 de noviembre de 2011

RETRATO

el recuerdo de mi primo Rodrigo, talento musical

Las bocinas resuenan

la cumbia de Macondo

(el otro día era Bohemian Rhapsody

y me hizo imaginar

a mi primo

con Freddy Mercury,

platicaban

entre las cuerdas

de una guitarra

en los arpegios

de un ataúd),

la fotografía

encima

de una de ellas

vibra

como si Rodrigo Albarrán

brincara

de la abstracción

a la pista de baile,

l

i

b

e

r

a

r

s

e

en las mariposas amarillas

de García Márquez.

Abril Albarrán

26/Dic/10


Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 México.

10 de octubre de 2011

29 de septiembre de 2011

EN EL VAGÓN

Desfilan los pasajeros
sobre la pasarela automática
hacia una batalla
subterránea

mientras
la ranchera canta
la ranchera toca
la ranchera nos hace bailar

en el vagón

la ranchera
el danzón
el bolero
a diez pesos.
Publicado en Festival Poesía y Movimiento:

4 de agosto de 2011

Netzahualcoyotl

Soberano chichimeca de Texcoco (1402 - 1472). Hijo de Extlilxóchitl, sexto señor de los chichimecas, y de Matlalcihuatzin, hija de Huitzilíhuitl, segundo señor de Tenochtitlan. Este príncipe recibió una educación muy completa, dirigida a permitirle gobernar a su pueblo con valentía y sabiduría; una vez que hubo recuperado el trono, demostró toda su sapiencia en el campo de las ciencias, las artes y la literatura. Así, su amplia formación intelectual se traducía en una elevada sensibilidad estética y en un gran amor por la naturaleza, que quedaron reflejados no sólo en la arquitectura de la ciudad, sino también en sus manifestaciones poéticas y filosóficas.

Pensamiento


¿Es que en verdad se vive aquí en la tierra?
!No para siempre aquí!
Un momento en la tierra,
si es de jade se hace astillas,
si es de oro se destruye,
si es plumaje de ketzalli se rasga,
!No para siempre aquí!
Un momento en la tierra.



Alegraos (nahuatl)


Ica xon ahuiyacan ihuinti xochitli,

tomac mani.

Ma on te ya aquiloto

xochicozquitl.

In toquiap-pancaxochiuh,

tla celia xochitli,

cueponia xochitli.

Oncan nemi tototl,

chachalaca, tlatohua,

hual on quimati teotl ichan.

Zaniyo in toxochiuh

ica tonahuiyacan.

Zaniyo in cuicatl

ica on pupulihui in amotlaocol.

In tepilhuan ica yehua,

amelel on qiza.

Quiyocoya in Ipalnemohua,

qui ya hual temohuiya

moyocoyatzin,

in ayahauilo xochitli,

ica yehua amelel on quiza.



(traducción)


Alegraos con las flores que embriagan,

las que están en vuestras manos.

Que sean puestos ya

los collares de flores.

Nuestras flores del tiempo de lluvia,

fragantes flores,

abren ya sus corolas.

Por allí anda el ave,

parlotea y canta,

viene a conocer la casa del dios.

Sólo con nuestras flores

nos alegramos.

Sólo con nuestros cantos

perece vuestra tristeza.

Oh señores, con esto,

vuestro disgusto se disipa.

Las inventa el Dador de la vida,

las ha hecho descender

el inventor de sí mismo,

flores placenteras,

con esto vuestro disgusto se disipa.


(Los textos fueron tomados del Ómnibus de poesía mexicana de Gabriel Zaid, Siglo Veintiuno Editores)

29 de julio de 2011

DEL OCIO AL VERSO


(discurso de bienvenida para los alumnos de nuevo ingreso)

Abril Albarrán

Nada humano me es ajeno. Bienvenidos compañeros a la UACM. De ahora en adelante este será su lema y ha sido el mío durante aproximadamente 5 años, desde que inicié mis estudios en esta institución.

Como la mayoría de los adolescentes, no tenía ni la menor idea qué era lo que quería estudiar, más o menos sentía que era por el camino del arte y eso porque a los once años mi mamá me inscribió en un taller de pintura al óleo. Me acuerdo que llegó muy emocionada a contarme sobre mi nueva actividad. Su idea era que tuviera algo qué hacer después de clases y es que llegaba a la casa directito a fondearme en uno de los sillones de la sala para pasar horas frente a la televisión y ella temía que, a través de su radioactividad junto con la programación de televisa y tv azteca, mis neuronas se consumieran como el alka seltzer, digo, por la indigestión de una vida light.

Al principio no comprendía el sentido de ¿pintar? ¿yo? No me creía capaz de crear y mucho menos de imaginar. ¿En qué estaba pensando mi má’? El primer día me dirigí a la clase cargando mi caballete y pinturas de forma apática, ¡pues claro! me quitaron mi tarde frente al televisor por un tallerucho. El maestro me mostró un catálogo de ilustraciones, yo tenía que escoger cuál quería copiar en mi lienzo. Según yo escogí la más sencilla; en el primer plano había unos arbustos y al fondo el Popo. Él me dijo que había escogido una de las difíciles por el efecto de luz y sombra en la nieve. Mientras pintaba sólo pensaba en lo cómoda que podría estar en el sillón. Después de una hora el maestro me avisó que ya podía retirarme y me felicitó por lo adelantada que iba. Los días pasaron sin darme cuenta que disfrutaba del taller, de la idea de recrear una imagen con tintes de mi imaginación. Después de tres años mi maestro se mudó pero yo continué con las clases en otro lugar hasta que entré a la universidad. A pesar de las clases de pintura, mi cerebro todavía no se desintoxicaba de la programación televisiva. Seguía siendo la oveja perdida, o más bien, era parte del grupo de las ovejas perdidas.

En la prepa todos nos quejábamos de lo mucho que nos dejaban leer ―10 páginas de una semana a la otra―. Le conté a mi mamá y me prometió ir a hablar con el profesor. Ese mismo día en la tarde, le pregunté ansiosa por saber en qué habían quedado, me dijo que yo sería la excepción del grupo, porque ya no leería más copias sino todo el libro en una semana. Ay mi mamá, tan preocupada por que yo leyera.

Ya iba en el último año de la prepa y aún no me decidía por una carrera; dudaba entre artes plásticas, arquitectura o contabilidad… o literatura ―pero la sola palabra me daba miedo, no sabía qué se podría hacer con la literatura―. En una ocasión, en la clase de contabilidad (porque han de saber que se me aconsejó estar en el área tres, contabilidad y administración, en lugar del área cuatro puesto que ahí estaban los que no le echaban ganas, los flojos marihuanos artistos), me acerqué a mi profesora para entregarle un documento donde decía que tal día había faltado a su clase debido a que presenté el examen a la UNAM para Letras Hispánicas. Se rió de mí y me dijo: ¿Tú? ¿Pero si ni lees? Y como era natural, me picó el orgullo.

Cuando terminé la prepa mi mamá me aconsejó que tomara un año sabático para decidir qué era lo que quería estudiar. En ese año me dediqué a trabajar y estudiar inglés en cursos intensivos. Estos cursos me ayudaron a descubrir el poder de las palabras, la belleza que se puede encontrar en cada combinación, es decir, que en cada oración uno puede hechizar.

Luego, me puse a investigar sobre los planes de estudio en diferentes universidades, porque ya estaba decidido que quería estudiar algo relacionado con la literatura. Mi pretexto era dar a mis cuadros una pequeña historia, algo que narrara lo que había en ellos. Investigué en la UNAM, UAM y la escuela de artes plásticas La Esmeralda (como última opción). Hice examen en las dos primeras, en la tercera, por azares del destino, se me pasaron las fechas de inscripción. Pero todavía dudaba si quería estar en esas instituciones, y es que sus planes de estudios no me latían, algo en ellos no llenaba mi sed de literatura. Mientras esperaba los resultados llegó propaganda de una universidad cuyo nombre no me era familiar hasta entonces, era la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. En el folleto venía la síntesis de cada una de las carreras. Me detuve a revisar Arte y Patrimonio Cultural, pero Creación Literaria me hacia ojitos. Me metí a la página de internet para averiguar más sobre esta carrera. Al final, me embelesó su plan de estudios.

Esa misma tarde preparé mis papeles, porque nada más tenía una semana para inscribirme. Fui al plantel de San Lorenzo Tezonco para dejarlos. Mientras esperaba mi turno en la fila, me dejé abrazar por la atmosfera efusiva que emitía cada escalón, cada ladrillo, barandal y cada persona que caminaba apresurada de un lugar a otro con folders bajo el brazo. Ya que quedé registrada en la base de datos esperé con ansia el día de la publicación de los resultados. El esperado momento llegó, pero yo no estaba en la lista de los afortunados. En ese instante sentí como si me inyectaran el agua helada del balde que iba recorriendo cada rincón de mis venas. No quería resignarme a esperar un año, pero no podía hacer nada más.

Una semana antes de que el semestre diera inicio, la Lic Priscila Gil se comunicó conmigo y me dijo que había un lugar disponible, pero que no contaría con matrícula por un tiempo. Decidí aventurarme. Una de las primeras clases que tomé fue Técnicas Artistas. Ahí conocí a la profesora performera, poeta, naradora, compositora, costurera, en fin, es una caja de sorpresas. Al principio me asustaba con su voz golpeada. <> me dijo un compañero. Siempre me regañaba por mi falta de participación en su clase: <>, pensé. Luego, me presentaron con el profesor de poesía. A él se me dificultaba entenderle por el acento albanés que mezcla con chilanguismos, pero cada que abre la boca brotan mariposas ―alegorías sobre el vivir―. Posteriormente tuve clases con la profesora que dice que el escribir no es hacer enchiladas <>, pensaba yo; decidí entonces que a ella la quería de tutora. A ambos profesores les agradezco sus críticas sinceras sobre los primeros textos que produje: <>, me decía mi tutora. También me topé con la profesora “primavera”, la que siempre está sonriendo y en cada sonrisa se dibujan las dimensiones de las fronteras literarias.

Así fui descubriendo a cada uno de los profesores que iluminaron mi camino para llegar a donde estoy ahora. Son mejor que el alka seltzer para remediar la indigestión de la vida ociosa. Gracias a ellos, a la Lic Priscila y cada una de las personas que supieron compartirme una pizca de su tiempo, mi saber se ha alimentado y se alimentará de ellos.

Para terminar, no me gustaría que se queden con la idea de que esta universidad es de rechazados. De nosotros, de los estudiantes, depende cómo nos distingan. Esta universidad no es para estar de paso mientras nos aceptan en otras instituciones. Aquí es para quien de verdad quiere aprender, quiere salir del montón, quiere curarse de la indigestión de lo superficial. Los profesores que forman parte de la UACM no nos niegan su tiempo para orientarnos, pero si nosotros no nos acercamos a ellos, no seremos escuchados.

Es nuestra responsabilidad, como aprendices, tomar en serio el papel que nos corresponde, esto es, asistir a clases (indispensable) hacer todititos los trabajos, LEER y tomar tutorías. Para que la universidad en la que aprendemos que nada humano nos es ajeno, deje de recibir ataques externos.


Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 México.

29 de junio de 2011

Al filo de la desesperación

Al filo de la desesperación

con la salida

en un destello

plateado.

Abril Albarrán

11/Abr/10
(Publicado en http://wwwpajarosnegros.tumblr.com/)

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 México.

22 de mayo de 2011

City’s fragile beauty

A running bicycle

to the first day’s class.


Sun reflects

on the school bag

and I can distinguish

some mangoes

for break time.


Also

the black sand is excited,

moves softly

by a breeze

from Casuarina Beach.


On the way to Hartley College

a military line

turns every happiness off.


This is my place too,

this is Jaffna.

Abril Albarrán

19/Mar/10

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 México.

28 de abril de 2011

El caballo perdido (fragmento)

Felisberto Hernández

"Ahora han pasados unos instantes en que la imaginación, como insecto de la noche, ha salido de la sala para recordar los gustos del verano y ha volado distancias que ni el vértigo ni la noche conocen. Pero la imaginación tampoco sabe quién es la noche, quién elige dentro de ella lugares del paisaje, donde un cavador da vuelta la tierra de la memoria y la siembra de nuevo. Al mismo tiempo alguien hecha a los pies de la imaginación pedazos de pasado y la imaginación elige apresurada con un pequeño farol que mueve, agita y entrevera los pedazos y las sombras. De pronto se le cae el pequeño farol en la tierra de la memoria y todo se apaga. Entonces la imaginación vuelve a ser insecto que vuela olvidando las distancias y se posa en el borde del presente."

BIOGRAFÍA:

Es un escritor singular, moroso, lento, exigente, que en sus cuentos mezcla la espontaneidad más viva con una profundidad pasmosa.

Nació en Montevideo en 1902, y desde niño se dedicó al piano con tesón avasallador. Llegó a ser un gran pianista. Vivió un tiempo como concertista trashumante, visitando las ciudades provincianas del Uruguay, y fue con frecuencia el acompañante al piano de las películas de cine mudo en las modestas salas de “biógrafo” de los barrios.

Aunque empezó a publicar desde los 23 años, nunca llegó a ser muy conocido. Pero quien lo leía se volvía su adepto para toda la vida.

Lo extraordinario de este narrador es la familiaridad con la que se pasea por las tierras de la memoria, disfrutándolas y relatándolas cual si fueran las quintas en donde transcurrió su infancia.
Siglo veintiuno editores.

17 de abril de 2011

Del alma sometida

Del alma sometida

en el divino cuerpo

el amor es prisionero,

y aunque es celda temporal,

en la pasión

(donde halla su alimento)

encuentra libertad.

Abril Albarrán

14/Abr/11

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 México.

26 de marzo de 2011

Feeling Good by Nina Simeone

With the idea that poetry is everywhere, here I share some verses by one of the most beautiful voices.

FEELING GOOD

Birds flyin' high you know how I feel

Sun in the sky you know how I feel

Breeze driftin' on by you know how I feel

Its a new dawn, its a new day, its a new life for me

yeah, its a new dawn its a new day its a new life for me

AND I'M FEELING GOOD


Fish in the sea, you know how I feel

River runnin' free you know how I feel

Blossom on the tree you know how I feel

Its a new dawn, its a new day, its a new life for me

And I'm feelin good


Dragonfly out in the sun you know what i mean dont you know

Butterflies all havin' fun you know what I mean

Sleep in peace when day is done that's what I mean

And this old world is a new world and a bold world for me


Stars when you shine you know how I feel

Scent of the pine you know how I feel

Yeah, Freedom is mine, and I know how I feel

Its a new dawn, its a new day, its a new life for me.

5 de febrero de 2011

Con el sol

Salvador Dalí

Con el sol nace un pequeño cornetín de un puñado de
más de mil fotografías de asnitos secos.
Con el sol, cerca de un sitio vacío y mojado, cantan 6 babas
y una pequeña sardina roncadora.
Con el sol hay una pequeña leche derecha encima el ano
de una caracola.
Con el sol me nacen dos pequeños tiburones, desden
tados, por debajo del brazo.
Con el sol hay un moco, de pie, al borde de un canto de
acera y otro moco, de pie, en la cumbre de mi dedo a
punto de volar
y otro moco derecho a 20 m. encima una piedra que pare-
ce un monumento a los loros,
y otro moco quieto encima una arna a 40 m., que es una
alegre canción,
y otro moco seco, que es un viraje,
y otro moco volador, que es un traje sastre,
y otro moco enrampado, que es la historia de una nuez,
y otro moco, dado a la bebida, que es los ruidos de la gue-
rra europea.
¡Cuando hace sol, cuando hace sol, cuando hace sol,
cuando hace sol, cuando hace sol, cuando hace sol!
Cuando hace sol, hago bonitos castillos
con corchos pintados de rojo.
Con plumas de colores.
Con saliva.
Con los pelos de las orejas de mi familia.
Con el vómito de los felices animalitos.
Con los hermosos marcos de los cuadros artísticos.
Con los excrementos de las cantantes, de las bailantes,
de las cabra, de los aficionados a la crisantema, de las
bestias secas.
Este castillo lo hago expresamente para que lo habite un
curioso matrimonio compuesto de un saltamontes viejo
y una cenicita de cigarro. El saltamontes está formado
por más de 100/000.000 diminutos peces espada; si se le
sopla, los diminutos peces espada se esparcen por el aire
y sólo queda de él una antigua y delgadísima pluma esti-
lográfica peluda.
En cuanto a la cenicita, ¿tendré que insinuar aún que
se trata de un simple MOCO?

Perla marina

Esta canción la escuché por primera vez un otoño de 2018. La soprano que la interpretó unificó con sentimiento estos versos de Sindo Garay y...