en esta cruel ciudad
será beneficiado.
En caso de peligro
jale la palanca
que se encuentra a un costado.
Al final se verá usted
envuelto entre bullicio de palabras
que han de surgir
en amenazantes manadas.
No permita que el pánico lo abaniqué,
después de todo
es sólo un simulacro
de alarma.
Abril Albarrán
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